Eres como el agua que no puedo beber,
el aire que no puedo fumar,
el sol que no puedo tocar,
y si lo hago me llego a quemar.
Eres aquel plato que nunca debí romper,
el espejo de mis sueños que nunca debió caer,
la sal que se derramó,
y el gato negro que se me perdió.
Me pierdes, me encuentras,
me tientas y me niegas.
Me haces dudar de lo que soy, de lo que seré
de lo que me convertiré, si llego a tener contacto contigo, mujer.
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