martes, 10 de diciembre de 2013

...

*Entra caminando despacio, arrastrando los pies (cosa poco usual en ella; no le gusta el sonido que hacen los zapatos al arrastrarse) y con la cabeza baja. Se detiene y levanta la mirada, mirando todo a su alrededor. No recordaba que las cosas estuvieran... así de mal. Así de tristes. Así de olvidadas.*

-...

*Se queda de pie en medio de la sucia sala. No dice nada. Mira todos y cada uno de los rincones, sucios y llenos de polvo, llenos de miedos, de recuerdos, de sentimientos. Su vista cansada recorre los objetos que hay en la habitación: un buró pequeño, una lámpara de pie antigua, unos abrigos colgando de un perchero... Cosas que no recuerda y que ahora no tienen importancia.*

-Tengo tantas cosas que contarte...

*Sujeta entre sus manos una escoba y comienza a moverla tranquilamente. Baja una vez más la cabeza y empieza a sollozar. Aprieta la escoba entre sus manos, más que queriendo romperla, poder apoyarse en algo. Su piernas no resistirán por mucho tiempo y sus suspiros se hacen más hondos. Nuevamente no dice nada aunque esa mano tocó su hombro. Ya no está sola. Volvió por ella. Volvieron los miedos.*

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