lunes, 16 de agosto de 2010

No quiero empezar a extrañarlo, por que eso sería admitir que se irá de mi lado.

No quiero dejar de verlo.

¿Por qué?

Simplemente no quiero.

No quiero dejar de ver su manera de caminar,

no quiero dejar de ver sus ojos cuando me miran.

No quiero dejar de ver su lindo cabello negro,

no quiero dejar de tener que buscarlo.

No quiero separarme de él,

aunque no estamos unidos por un fuerte lazo.

No quiero que me deje,

aunque sé que no podría hacer eso.

No quiero ver cómo desaparece entre la gente,

cómo ante mí sin poder hacer nada se desvanece.

Quisiera tantas cosas,

quisiera decírle tanto.

Pero lo que calla mi corazón se lo gritaré algún día,

aunque me dé vergüenza y no valga la pena, lo haré.

Aunque llore en frente de él, se lo diré.

Él lo tiene que saber.

No quiero ver cómo da media vuelta y se va,

No quiero quedarme de nuevo parada sin hacer nada.

Quisiera irme con él, que se lleve de mí un bonito recuerdo.

No podría decir que es como perder una pierna por que nunca lo he sentido;

sería como perder lo más importante que tengo, más que mi alma.

Más que la calma...

Voy a extrañar cómo rozaron sus manos con las mías el día de ayer.

Voy a extrañar su manera de hablarme y de tratarme.

Extrañaré las veces que me lo encuentro por casualidad,

y por las que se han planeado.

Voy a extrañar su manera de decir las cosas,

la forma en que le temblaban las manos ayer,

la forma en que se me acercó.

Más que nada extrañaré su esencia,

más que nada su presencia.

No quiero sacarlo de mi mundo, de mi mente.

No quiero perderlo jamás, no quiero recordar que se irá.

No quiero entender que nos hemos de separar.

No quiero tener que decirle adiós...





No hay comentarios: